viernes, 13 de enero de 2017

¿Doctor puedo tomar la pastillita azul?

 El Sildenafil fue el primer medicamento oral para el tratamiento de la impotencia, fue aprobado por la FDA el 27 de marzo de 1998, desde su aparición en farmacias ha cambiado la vida y relaciones de millones de personas en todo el mundo.

 Pacientes sin enfermedad cardiovascular conocida y con cardiopatías que presentan disfunción eréctil o impotencia, se preguntan si pueden tomar y como tomar este medicamento, por el miedo de presentar un efecto secundario o empeoramiento de su enfermedad cardiovascular, de allí el motivo de traerles esta importante información.

 El Sildenafil, Tadalafil y Vardenafil inhiben selectivamente la fosfodiesterasa 5 (PDE5), que es una enzima que se encuentra principalmente en el pene y que es responsable de la degradación de otra enzima, la guanosin monofosfato cíclica (GMPc). La GMPc se produce en el pene durante la estimulación sexual y tiene como misión relajar los músculos lisos para que la sangre fluya por sus paredes cavernosas, aumentando su volumen y consiguiendo la erección del pene. Estos medicamentos inhiben directamente la PDE5 para que la GMPc no se degrade; de esta manera, le permite permanecer en el área para lograr un flujo continuo de sangre en los cuerpos cavernosos y mantener la erección.

 Estos medicamentos no son para mejorar la actividad sexual. Su prescripción solo debe hacerse en pacientes que padecen una disfunción eréctil, es decir que no pueden conseguir o mantener una erección suficiente para la consumación del acto sexual. Ni aumenta, ni realza, ni hace la experiencia sexual más intensa entre aquellos hombres que responden normalmente ante una estimulación sexual. En la actualidad el Sildenafil ha demostrado beneficios para pacientes con problemas de hipertensión pulmonar.

 El Sildenafil se administró a más de 4.000 mil pacientes en pruebas clínicas que incluían  a hombres con una disfunción eréctil, que les fue diagnosticada de leve, moderada o total. La edad media de los pacientes era de 55 años. Tenían una amplia gama de afecciones asociadas a su disfunción eréctil, entre las que se incluían: hipertensión arterial, niveles de colesterol elevado, diabetes y cirugía de próstata. Se demostró que el Sildenafil había funcionado en 7 de cada 10 hombres entre los pacientes con disfunción eréctil atribuible a la diabetes y otras causas físicas y psicológicas.

 Los efectos secundarios se han reportado en 10% y son dolores de cabeza, náuseas, enrojecimiento y diarrea. No obstante, estos efectos en su mayoría son transitorios y de leves a moderados. La única preocupación que existe acerca de los efectos más graves se refiere a las interacciones con otros medicamentos. Los estudios destacan que los medicamentos compuestos por nitratos, como pastillas o el pulverizador de nitroglicerina, pueden causar en combinación de Sildenafil o Tadalafil en aquellos hombres a quienes se les indico por síntomas de angina y padecen enfermedad arterial coronaria, corren riesgo de una bajada súbita de la presión arterial. Los inhibidores de la PDE5 potencian los efectos hipotensores de los nitratos orgánicos bajo cualquier forma, su uso conjunto está contraindicado.

 Los voluntarios sanos de 65 años o más eliminan con mayor dificultad el Sildenafil, lo que significa mayor permanencia del medicamento en la sangre en estas personas. Así, cualquier efecto secundario puede tardar más en desaparecer.

 Antes de cualquier prescripción, debe realizarse un historial médico y un examen físico completo y riguroso, incluido un estudio de laboratorio, para determinar la causa de la disfunción eréctil y prescribir el tratamiento apropiado. Es esencial que el médico que prescriba su uso este informado de las medicinas que el paciente está tomando.

 Aunque el grado de riesgo cardíaco asociado a la actividad sexual es bajo, antes de iniciar cualquier tratamiento para disfunción eréctil, se debe evaluar el estado cardiovascular de los pacientes o visitar un cardiólogo.


 Referencias:
Viagra. Como actua, efectos secundarios y contraindicaciones. Dr. Pthniel J. Seiden. 1998. Editorial Everest.

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