martes, 28 de marzo de 2017

Utilidad de las Pruebas de Esfuerzo en Deportistas

 El ejercicio físico somete al organismo a un estrés adicional al habitual de la vida diaria que puede perjudicar o desestabilizar procesos patológicos que contraindiquen la práctica deportiva. Por otra parte, las pruebas de esfuerzos deben aportar al deportista datos que le permitan planificar y mejorar su entrenamiento para optimizar su rendimiento deportivo.

 Las pruebas de esfuerzo suponen una herramienta fundamental para la valoración del deportista desde dos puntos de vista: a) tutela del estado de salud de los atletas mediante la prevención y el diagnóstico precoz, y b) apoyo científico-médico al proceso del entrenamiento.

 El ergómetro más utilizado para valorar VO2máx y la capacidad aeróbica es la cinta rodante, ya que la carrera es un gesto biomecánico natural que no requiere habilidades motrices especiales, siendo un ejercicio dinámico en el que se movilizan grandes grupos musculares. No obstante, la moderna valoración funcional tiende a la realización de pruebas de esfuerzo, reproduciendo el gesto biomecánico del deportista para favorecer la motivación del mismo y buscar la mayor especificidad y aplicabilidad en la valoración.

 Las indicaciones actuales para la realización de prueba de esfuerzo en deportistas son las siguientes:

  1. Valoración de deportistas con sospecha de cardiopatía o cardiopatía diagnosticada como indicación de aptitud para la práctica deportiva.
  2. Deportistas con alteraciones electrocardiográficas basales con objeto de establecer su relación con el entrenamiento físico.
  3. Evaluación de la capacidad funcional en deportistas de competición, prescripción de cargas de trabajo y valoración de la progresión tras un programa de entrenamiento físico.
  4. Deportistas con sospecha de asma inducida por el ejercicio.
  5. Deportistas asintomáticos, mayores de 35 años y con dos o más factores de riesgo, como valoración de la aptitud para la práctica deportiva.
  6. Deportistas asintomáticos menores de 35 años con historia familiar de muerte súbita inexplicable relacionada con el ejercicio en familiares de primer grado jóvenes.

 La prueba de esfuerzo tiene unos datos de seguridad excelentes. El riesgo depende de las características clínicas del paciente que se somete a la prueba. En los pacientes no seleccionados, la mortalidad es inferior al 0,01% y la morbilidad no supera el 0,05%. 


Referencias:
Guías de práctica clínica de la Sociedad Española de Cardiología en pruebas de esfuerzo. (Rev Esp Cardiol 2000; 53: 1063-1094).

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